Año 1952. Un maquis, un guerrillero, un resistente. Uno de los últimos hombres del monte. De los que la gente podía llamar generalmente, un “Foucellas”. Mismamente podría ser o Foucellas. O no. O si. Quien sabe¡ Firmeza, cabezonería, duda, certeza, lealtaz, inercia, utopía, ingenuidad, rebeldía, resignación, adaptabilidad, determinación.....: las armas de una cruda batalla dialéctica en un tiempo terminal. Ficción, mito y realidad en una propuesta para pensar en un momento histórico....o el pulso metafórico sobre un tránsito con el que, privada o colectivamente, a veces nos enfrentamos: la gestión de la esperanza, la administración de la derrota.